Ospina Abogados expertos delitos sexuales analizamos de la mano de nuestros abogados penalistas un caso real llegado recientemente a nuestro despacho para establecer cual es la mejor defensa penal ante una denuncia falsa por agresión sexual.
Aunque es razonable suponer que quien denuncia un delito lo hace porque este, en efecto, se ha cometido -¿por qué motivo iba alguien a malgastar su tiempo y dinero en la persecución de lo inexistente?-, no siempre esto sucede así.
En ocasiones, el denunciante decide atribuirle un hecho delictivo a otra persona, no porque este sea cierto, sino por otras razones distintas. Y, a nuestro juicio, es precisamente esto lo que le habría ocurrido a uno de nuestros clientes investigado por un delito de agresión sexual.
José (nombre ficticio) y María (nombre también ficticio) forman parte de un grupo de WhatsApp creado precisamente para poner en contacto a personas que buscan mantener relaciones sexuales con otras.
Es María, que tiene novio, aunque mantiene con él una relación abierta, quien contacta con José a tal efecto. A partir de ahí, ambos comienzan a mantener relaciones sexuales con cierta frecuencia hasta que la pareja de María, celosa por la situación, le pide que pare. Y cesan.
Meses después, José hace una fiesta en su casa. Acuden amigos, amigas… y también María. Cuando se quedan a solas, María se insinúa a José y aunque en principio este la rechaza, finalmente termina aceptando. Ambos vuelven a mantener relaciones sexuales.
Y no sólo eso. También duermen juntos y abrazados esa misma noche. Todo parece ir sobre ruedas hasta que, a la mañana siguiente, el novio de María, que sospecha lo que ha podido pasar, le escribe. A María le cambia el semblante.
En un primer momento, todo parece solucionarse eliminando a José del grupo de WhatsApp al que antes aludía (a petición del novio de María). Sin embargo, este no logra supéralo y aproximadamente un año después termina dejándola.
Es entonces cuando María se vuelve a poner en contacto con José para pedirle que hable con su novio e intente recomponer su relación. José se niega y María, en tono amenazante, le dice que pronto tendrá noticias suyas. Pocos días después, a José se le comunica que María le ha denunciado por supuestamente haberla agredido sexualmente. Refiriéndose a los hechos total y absolutamente consentidos que sucedieron un año atrás.
DEFENSA PENAL ANTE UNA DENUNCIA FALSA POR AGRESIÓN SEXUAL
El Tribunal Supremo señala que la confesión de la denunciante en este tipo de casos puede bastar para condenar al acusado siempre y cuando se den tres requisitos: persistencia en la incriminación, ausencia de incredibilidad subjetiva y verosimilitud. Veamos las claves:
1.- PERSISTENCIA EN LA INCRIMINACIÓN. En primer lugar, se le exige a la denunciante que mantenga la misma versión en sus sucesivas declaraciones sin incurrir en contradicción. Como defensa, nuestro trabajo aquí es “apretar” a la denunciante cuando preste declaración para que se vea forzada a reconocer como falsos los hechos que manifestó ante la policía.
2.- AUSENCIA DE INCREDIBILIDAD SUBJETIVA. En segundo lugar, se exige también que no haya razones que permitan poner en duda la sinceridad de la denunciante. En este caso, nosotros, como defensa, debemos asegurarnos de que el juez instructor sepa que la denunciante denunció a nuestro cliente para proteger su relación –yo no quería mantener sexo con él, si lo hice fue porque me forzó– y no porque fuera realmente agredida.
3.- VEROSIMILITUD. Por último, se exige que el relato de la denunciante sea coherente. Y también aquí es necesaria nuestra intervención. Debemos mostrarle al juez instructor todas las incoherencias antes advertidas: ¿si realmente se produjo una agresión sexual, por qué la denunciante se insinuó a nuestro cliente durante toda la noche, por qué durmió abrazada a él esa misma noche, por qué tardó un año en denunciar?
Desarticulada de esta forma la declaración de la denunciante, lo correcto sería presentar un escrito ante el propio Juzgado de Instrucción solicitando el sobreseimiento de la causa para tratar de evitar que nuestro cliente fuera a juicio, dejando sin efecto la denuncia falsa por agresión sexual.