No han sido capaces de salvaguardar la vida de una madre desesperada por una sociedad que le dio la espalda cuando necesitaba algo a veces tan simple y tan fácil como ayuda.
Tenemos un Código Penal que condena conductas como las sufridas por Verónica: delito de revelación de secretos, delito de encubrimiento por parte de los cómplices o un posible delito contra la integridad moral.
Ante este tipo de delitos que corren como la pólvora por Internet, por WhatsApp, o por las redes sociales, hace tiempo que nuestras leyes son incapaces de proteger la dignidad y el honor de las víctimas con todas las garantías, con irrebatible eficacia.