Los agentes de la Policía Nacional se alertaron de unos gritos y música que provenían del balcón de una vivienda por donde circulaban. Tras llamar al timbre del portal y sin respuesta alguna, un vecino alertado por las circunstancias abrió la puerta a los agentes para que accedieran al bloque.
Tras tocar el timbre en reiteradas ocasiones, los agentes continuaron dando golpes a la puerta del inmueble hasta que optaron por forzar la cerradura de la puerta blindada y acceder por la fuerza al domicilio. Desde Ospina Abogados afirman que el abrir por la fuerza una puerta de un domicilio para cesar la fiesta ilegal, podría considerarse contrario a la legalidad constitucional, ya que los agentes podrían haber esperado al cese de la fiesta para identificar a los asistentes y sancionarles por vía administrativa.
Tras los argumentos del abogado del despacho penalista Ospina Abogados, la Fiscalía retiró la acusación respecto al propietario del inmueble, archivándose la causa. No obstante, mantuvo la acusación respecto al asistente a la fiesta por un delito de atentado a la autoridad, ya que uno de los agentes resultó con lesiones leves provocadas por el detenido, por lo cual el mismo terminaría siendo condenado en el acto.