La justicia falla, pero no falla porque sea “patriarcal”, “machista” o “feminista”. La justicia falla por muchos motivos que no deberían de abordarse únicamente con tintes ideológicos, si realmente lo que se busca es su mejoría.
La justicia falla, porque nuestras leyes penales son, muchas de ellas, ineficaces. Falla porque está obsoleta, por la clamorosa inseguridad jurídica y por la falta de medios, pero también a veces falla, por la desidia de algunos jueces.
La culpa es de un sistema penal en muchos aspectos imperfecto. Un sistema penal que se limita a cumplir lo necesario sin cumplir con los suficiente.