Beatriz Uriarte Arreba, abogada penalista en Ospina Abogados, concede una entrevista a la revista Woman, como experta en delitos de violencia de género y delitos sexuales. En ella explica las nuevas formas de violencia sexual, exponiendo su complejidad y la manera de combatirlo. Entre ellos la ciberviolencia machista.
Según el Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE), una de cada 10 mujeres ha sufrido, desde los 15 años, alguna forma de ciberviolencia machista. Envío de pornografía no solicitada, difusión de datos privados, ciberacoso, amenazas de violación, insultos a través de las redes sociales… Una gran presión que, además, se puede ejercer las 24 horas de día. El EIGE además señalaba que es “un fenómeno creciente que afecta de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas, con graves repercusiones en la vida 'real' de las víctimas".
DIFERENCIAS ENTRE CIBERACOSO Y CIVERVIOLENCIA
En primer lugar, debemos tener en cuenta las diferencias entre ciberacoso y ciberviolencia:
El Ciberacoso, es acoso o intimidación por medio de las tecnologías digitales. Puede ocurrir en las redes sociales, las plataformas de mensajería, las plataformas de juegos y los teléfonos móviles. Es un comportamiento que se repite y que busca atemorizar, enfadar o humillar a otras personas.
Sin embargo, podemos definir la ciberviolencia machista como el acto que consiste en el acoso producido por parte de una persona hacia otra del sexo opuesto utilizando las nuevas tecnologías y todas las herramientas que proporciona internet. Algunas de las características de este delito pueden ser:
- Enviar amenazas.
- Insultos o contenido desagradable.
- Controlar toda la actividad de la víctima en redes sociales o en diferentes páginas de Internet.
- Usurpar la identidad de la víctima; ó a través del envío de imágenes comprometidas de la víctima.
Ellas podrían haber sido enviadas voluntariamente por la misma (sexting), y chantajear a la víctima para que le envíe imágenes comprometidas o un encuentro físico a cambio de no difundir sus imágenes (sextorsión).
Como datos oficiales según un estudio de la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, estima que, en los últimos seis años las víctimas de delitos sexuales relacionados con la tecnología se han duplicado. Unas cifras de víctimas que destacan por ser el 86% mujeres, y 70% chicas menores.
TWITTER: UN FOCO DE CIBERVIOLENCIA MACHISTA
De entre todas estas plataformas digitales, Twitter es la que más quejas lleva por violencia, seguido de TikTok en la que los más jóvenes perciben más violencia. Además desde el Grupo de Investigación en Educación Intercultural (GREDI) advierten que, desde que empezaron en 2014, los jóvenes decían que además de bullying. El 90% de las conductas de maltrato se daban online.
Beatriz, afirma que “Las redes sociales son la multiplicación grotesca de la sociedad, y si esta aún tiene comportamientos machistas de forma generalizada, por supuesto se ve reflejado en ellas. Con el agravante del anonimato o de esa falsa sensación de impunidad con la que muchas personas escriben desde sus cuentas de Twitter, Instagram o Whatsapp”
Además, añade que: “A los viejos delitos de siempre, se suman nuevas formas de violencia sexual incluso más peligrosas, al ser difíciles de detectar y complicadas de combatir.”
ADAPTACIÓN DE LAS LEYES Y EL CÓDIGO PENAL
“Para luchar contra ello, debemos apostar por una adaptación de las leyes y el Código Penal a los tiempos actuales, y mayor educación en tecnologías de la comunicación” sin duda. Beatriz reclama que “no es comprensible combatir delitos del siglo XXI con herramientas del XIX. No solo los delincuentes van por delante de las leyes, sino que es complejo ajustarlo a la legislación actual, que se ha quedado obsoleta”.
Como abogada penalista de Ospina Abogados, aconseja que estos delitos se deben denunciar siempre y que “los abogados penalistas no somos solo un apoyo emocional en esos momentos, sino la mejor guía para que el proceso judicial pueda resolverse favorablemente para la víctima”. No obstante, entiende que “es mas fácil decirlo que hacerlo, ya que los procedimientos de denuncia aún no son todo lo ágiles que deberían y en muchos casos recaen en una revictimización de la denunciante”.
Por ello, insiste en la importancia y necesidad de acudir siempre a una persona experta en la materia, debido a la complejidad de estos casos. En los que se suele incurrir en versiones contradictorias. Siendo necesario tener la experiencia suficiente para no cometer errores que perjudiquen a tu defendido en un futuro.