Tras ingresar en el Centro Penitenciario de Alcalá Meco la condenada puso su caso en manos del despacho penalista Ospina Abogados, considerado uno de los mejores despachos penalistas del momento tras lograr ante el Tribunal Supremo la libertad de un hombre que no recibió un juicio con todas las garantías procesales.
El equipo letrado de la recluida, encabezado por el abogado penalista Juan Gonzalo Ospina, analizó el caso y detectó rápidamente donde residía el problema: la condenada no estaba recibiendo las notificaciones del Juzgado ya que no mantenía una línea de comunicación con su anterior letrado, que era quien estaba siendo notificado.
“nuestra representada no era consciente de los incumplimientos de su sentencia al tener rotas las comunicaciones con su anterior abogado” refiere a este medio su actual letrado, quien para obtener la libertad de su cliente justificó el fuerte arraigo de la misma, destacando su condición de madre de una menor de edad y que actualmente tiene trabajo, así como procedió al pago de la multa inicial.