Las estafas financieras, producidas a través de internet están en auge, y con ellas la especialización de los delincuentes que se valen de datos reales para producir sus fraudes. Los delincuentes online, usurpan la identidad de las entidades de crédito, para sin su conocimiento maquinar fraudes y estafas online millonarias en las que caen consumidores ante las expectativas de conseguir algún tipo de ganancia.
En este caso, Juan Gonzalo Ospina, de Ospina Abogados, fue el encargo de la defensa, y aseguró que, pese a la inexistencia de indicios de criminalidad en el actuar de su defendido, estaba claro que se había cometido un delito.