Los hechos ocurrieron el pasado 22 de marzo en un inmueble del distrito del barrio de Salamanca. Seis agentes de la Policía Nacional acudieron al lugar a las 00.50 de la madrugada ante la denuncia de un vecino, pidiendo a las personas que abrieran la puerta y se identificaran. Una joven, les contestó que debían identificarse y presentar la orden judicial, que no tenían. Finalmente, los agentes abrieron la puerta con un ariete poco antes de las 2 de la mañana, encontrándose dentro 14 personas de las cuales 9 fueron detenidos y conducidos a la Comisaría del Distrito de Salamanca, donde fueron acusados de un «delito de desobediencia grave».
En opinión del abogado Juan Gonzalo Ospina, la operación que llevaron a cabo los seis agentes de la Policía Nacional presenta serias dudas; «se extralimitaron por completo ya que para tirar la puerta abajo, que es lo que hicieron, y entrar en la casa de esa forma violenta, deberían haber contado con una orden judicial previa”. El caso es que no lo hicieron y se amparan la existencia de un supuesto delito de desobediencia a la autoridad». Y lee: «Ninguna entrada o registro podrá hacerse sin el consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito’. Y dentro no se estaba produciendo ningún delito flagrante».