La resaca de la post sentencia del juicio del «procés» va dejando su huella y sus impactos.
España ha pasado de la noche a la mañana a tener un gran número de expertos penalistas que conocen la interpretación y calificación idónea de los hechos juzgados por encima de nuestro Tribunal Supremo; es decir, la crítica fácil ha llegado y con ella el señalamiento: el Supremo, actúa bajo órdenes del Gobierno, hubo rebelión porque hubo violencia y la sedición es una claudicación del Estado de derecho… y un sinfín de comentarios y exégesis en idéntica o similar dirección.