Con el objetivo de superar las barreras comerciales entre Europa y Asia, una reconocida bodega española contrató los servicios de una operadora comercial, presuntamente especializada en la exportación de bebidas alcohólicas al continente asiático, para negociar la importación de su vino a Indonesia. Sin embargo, como pudo comprobarse más tarde, los ‘expertos exportadores’ no disponían de ninguna experiencia en el sector, así como de contactos o referencias.
Los operadores comerciales contaron con la defensa del abogado especializado en delitos de estafa, Juan Gonzalo Ospina, quien sostuvo como línea de defensa la falta de elementos del tipo penal, indispensables para que pueda imputarse un delito por estafa, interesándose por el archivo del procedimiento.